miércoles, 30 de septiembre de 2009

Nueva Jarilla con prestigio arqueológico

Breve Historia de Jerez

Justo la semana en que, en el pasado junio, dábamos de mano en esta gratísima tarea hebdomadaria de nuestra página del CEHJ, justo entonces se presentó esta muy esperada obra de nuestro amigo Manuel Romero Bejarano: De los orígenes a Pilar Sánchez. Breve Historia de Jerez (Ediciones Remedios 9).

Con prólogo de Pedro Pacheco, Romero Bejarano nos presenta unas páginas bien escritas y con plétora de erudición histórico-artística, a menudo basadas en artículos y trabajos previos que se cimentan en muchas horas entregadas a la lectura de autores antiguos y modernos y otras tantas dedicadas a ímprobas labores de archivo.

El libro atesora grandes virtudes y adolece (con perdón) de cierta grandilocuencia en el título: no, ni de orígenes ni de Pilar Sánchez, o sea, del Jerez antiguo y del "muy contemporáneo", encontrará el lector nada que lo justifique, a menos que esos dos hitos deban entenderse "exclusive". Es decir, sobre Edad Media (en parte), Moderna y principios de la Contemporánea, estas hojas representan un vademécum documentado y provechoso; no así (cap. 1, 'In illo tempore') de los riquísimos asentamientos prehistóricos, ni de las comunidades romanas (llamemos como queramos a unos núcleos incuestionables), que se despachan con cuatro tópicos muy superados hoy día (no se tienen en cuenta trascendentales testimonios como el del gaditano Columela y se incurre en el notable error de atribuir a Jerez de los Caballeros las monedas que todavía se están encontrando por Nueva Jarilla y Gibalbín). Todo esto evidencia un considerable desconocimiento de investigaciones modernas como la del profesor Jesús Montero Vítores y de lo que realmente afirmó en su momento don Manuel Esteve (basta con remitir a 'Ceret y Hasta Regia, dos ciudades distintas', Actas del primer congreso de Estudios árabes e islámicos, Madrid, 1964, pp. 423 ss. = Miscelánea Arqueológica Jerezana, Jerez de la Frontera, 1979, pp. 101 ss.: "Todo ello, pues, obliga a reconocer un Jerez romano coexistente con Hasta Regia"), a quien se cita sin sentido en p. 16 (habría bastado quizá con la lectura del ajustado resumen y cabal conclusión sobre las últimas jornadas de Historia de Jerez que en nuestra página web, www.cehj.org, firma Jesús Caballero Ragel).

Similares advertencias cabría hacer sobre las líneas dedicadas al Jerez musulmán prealmohade y la cuestión de Sidueña, a pesar del irónico agradecimiento (pp. 9-10) a nuestro compañero Miguel Ángel Borrego (que se pronuncia al respecto suficientemente en su blog 'En la tierra de Sidueña').

Todo lo demás, digno de elogio, con un estilo peculiar y de fácil, simpática y amena lectura (valga de muestra el capítulo 11, 'El perdón de los vivos…', sin sus salidas de tono y añadiendo algunos olvidos). En el capítulo 10, como arriba adelantábamos, las mismas carencias que en el cap. 1., tantas más cuanto más se acerca el autor al siglo XXI: pero, a fuer de sinceros, pensamos que quizá para la Historia esto no es tan importante, como morboso sí lo es para el lector menos exigente.

La bibliografía, bastante completa (de nuevo fundamentalmente artística); eso sí, con exclusión de estudios y obras anatematizados por el autor, que en sus críticas y reseñas nunca ha sido (voluntariamente) un modelo de discreción y (en algunas ocasiones) ecuanimidad. Claro que esto no es necesariamente un punto negativo y bien podría hablar de la sinceridad sin tapujos de un historiador del Arte con una visión muy personal y acendrada. No obstante, por ejemplo, cuando Manuel escribe que Jerez en el XVI era "una ciudad cochambrosa en extremo" (p. 71), parecería que sólo Jerez lo era, cuando la cochambre siempre ha sido (y sigue siendo), por así decirlo, un síntoma de civilización, desde los palacios micénicos, la Atenas clásica y la Roma imperial.

Erratas, las mínimas. Ya Manuel agradece lo cuidado de la edición a José Mateos, que sin duda ha hecho un buen trabajo (aunque nos extraña la falta de índice; vemos una separación incorrecta de sílaba en el Manu-el de la página 9; y un "vanitas vanitatis", p. 77, en vez del "eclesiástico" "Vanitas vanitatum", pero esto es simplemente un desliz en el latín; "Paul", p. 130, por el correcto "Paúl"; o "Collault", p. 169, por "Coullaut", que era el auténtico apellido del escultor; y poco más). Muy útil habría sido un índice de materias, monumentos y personajes comentados, pero puede quedar para la siguiente edición, habida cuenta del éxito de la primera.

En definitiva, una interesante obrita para la historia (sobre todo del Arte) de nuestra querida ciudad. De Manuel diríamos lo que Plinio el Joven (Ep. III 21, 1) afirmaba de Marcial:

"Erat homo ingeniosus, acutus, acer, et qui plurimum in scribendo et salis haberet et fellis nec candores minus":

"Era hombre ingenioso, agudo, mordaz, que al escribir tenía muchísimo salero y picardía y no menos delicadeza".

Ni que decir tiene que no pocas veces Manuel disfruta con la falta de esta última cualidad. Genio y figura. Enhorabuena, Manuel.

Fco. Antonio García Romero

Eugenio J. Vega Geán

Centro de Estudios Históricos Jerezanos www.cehj.org

No hay comentarios:


Manda tus fotos a iter-i@hotmail.com, y las incluiremos en esta presentación