lunes, 16 de julio de 2012

La torre de Nueva Jarilla, en un libro de arquitectura del siglo XX

diariodejerez.es

Diálogos con el siglo XX

Las historiadoras Ricarda López y Rosa M. Toribio publican un estudio sobre joyas de la arquitectura del pasado siglo en Jerez "para evitar que caigan en el olvido", y critican la demolición del antiguo edificio del IARA
Una propuesta al paseante. Párese en la plaza Esteve y observe el edificio del antiguo Instituto Andaluz de Reforma Agraria (IARA). Sí, el que da la espalda al Mercado de Abastos. Algunas pistas. Es funcional, racionalista, prismático, tiene una estética de lo blanco, geométrico, el reticulado de su fachada juega con las luces y las sombras... Su arquitecto, Fernando de la Cuadra e Irizar, quiebra la regularidad de la formas añadiendo el popular bar-cafetería La Vega, que forma parte del conjunto. Una línea curva rompe con las verticales y horizontales. Originalmente, la planta baja era entera de cristal, un gran escaparate para el comercio. Un juego de materiales que hay que observar. Un edificio que no está aislado, sino que dialoga con otros de su entorno como El Gallo Azul, que es regionalista; Lancería 7, expresionista; Abastos, del XIX; la iglesia de San Francisco y las casas burguesas que tiene enfrente. Todo en una "gran armonía". Es el único edificio funcional que está dentro del centro histórico-urbano. ¿Encuentra su belleza?

Continúe el camino hasta Rianal. Del mismo arquitecto. En 1969 fue un auténtico atrevimiento por la innovación que supuso un edificio de tres plantas destinado a la moda con salas diáfanas, sin mostradores, con acceso directo a la mercancía. Su fachada, innovadora que aún hoy contrasta con la arquitectura tradicional, recuerda a la iglesia de Aránzazu en Oñate (Guipuzcoa), de Saénz de Oiza y Luis Loarga, con una fachada del escultor Jorge Oteiza. La de Jerez es un gran retablo abstracto de tres cuerpos, cubierto con dosel, a modo de guardapolvo. ¿Halla su armonía?

Estos son tan sólo dos de los 85 ejemplos singulares que las historiadoras Ricarda López González, con sus textos, y Rosa María Toribio Ruiz, con sus fotos, muestran de forma amena y con todo lujo de detalles en su obra 'La arquitectura del siglo XX en Jerez'. El libro, que es fruto de cinco años de "mucha investigación", tiene como objetivo evitar la destrucción del patrimonio del siglo XX, "del que hay un gran desconocimiento. Así que este lustro nos hemos dedicado a investigarlo, catalogarlo y a describirlo para que los ciudadanos entiendan por qué este patrimonio debe ser preservado y que descubran el valor que tiene todos esos movimientos arquitectónicos contemporáneos que están aquí en Jerez", apunta López, que asegura que ésta "es una gran labor de divulgación. No olvidemos que aquí han trabajado arquitectos de primer orden como Miguel Fisac, Darío Gazapo de Aguilera, Rafael Manzano, Eduardo y José Antonio Torroja, Aníbal González, Luis Gutiérrez Soto, Manuel González Fustegueras, Ramón González de la Peña, Fernando de la Cuadra... Damos pistas y claves para que la gente pueda valorar una obra del siglo XX, ver su belleza". Por ejemplo, ambas estudiosas critican la demolición del IARA y La Vega (proyecto municipal para renovar Esteve). "Este edificio es una belleza. Tan sólo hay que adecentarlo, quitarle los aires acondicionados externos, los añadidos, restaurarlo pero nunca demolerlo para hacer la terminal de autobuses. Hay que devolverle la estética original. Creo que los nuevos proyectos afearían la plaza y estudiando el espacio se podría hacer de otra manera. Yo, desde luego, lucharé para que no se tire".

Bodegas

Es el primero de los cinco capítulos en los que se divide la obra. La arquitectura del vino también ha estado en peligro en alguna ocasión, presa de las fauces de la expansión urbanística. Por ejemplo, las bodegas Garvey, obra de Miguel Fisac Serna, que están rodeadas de promociones de viviendas. Técnica y ciencia se ponen aquí al servicio del jerez. "Las bodegas de los años 60 y 70 de la ciudad son pioneras en la arquitectura contemporánea española, dentro de la arquitectura industrial. Las nuestras, por ejemplo, no tienen nada que envidiarle a las Portia de Norman Foster, en Burgos. Seguro que su equipo sí que analizó, pongamos por caso, las Bodegas Internacionales de la Nacional IV", señala Ricarda.

Viviendas

Las autoras apuntan que algunas barriadas tampoco son valoradas por los jerezanos. Hay joyas como La Plata, una obra modélica de los años 40-50 por introducir la arquitectura moderna de forma no traumática, aunando tradición e innovación. Una barriada seleccionada como uno de los 25 edificios significativos de Andalucía en el estudio '50 años de arquitectura en Andalucía 1936-1986'. O La Constancia y la "belleza de la geometría de los bloques de cuatro plantas en los que se abren los vanos de forma rítmica y regular". "El desconocimiento es el problema más grande que tiene la arquitectura del siglo XX, el factor más importante de deterioro más que el paso del tiempo", dicen. O edificios menos atractivos a primera vista como 'El Titanic', "de una gran originalidad por su estructura, por los parámetros envolventes de ladrillo rojo, que rompe y supera el cliché de modelo de bloque propuesto por la Carta de Atenas. Es el único ejemplo en Jerez de las nuevas corrientes estéticas de la arquitectura desestructurada".

Iglesias

Las de las pedanías, "joyas que hay que preservar de asociaciones que están desvirtuando la estética original con pintura neobizantina, como se está haciendo en La Cartuja". Entre los ejemplos que se destacan en el libro están Nuestra Señora del Rosario de Nueva Jarilla, "con un campanil de gran belleza, un Via Crucis naif en plafones de cerámica policromada de Hernández Carpe y unas preciosas vidrieras". O la iglesia de San Isidro de La Barca, "la más monumental de todas, con una majestuosa torre campanario y un bello juego de volúmenes de las cubiertas a dos aguas y el pórtico de acceso".

Infraestructuras

Un capítulo en el que se destaca la arquitectura del agua, de los espacios educativos y culturales, equipamientos, ocio y deporte. Aquí pasan especialmente desapercibidos el puente de La Barca y su acueducto, construidos en 1925 y 1926, respectivamente, que fueron destruidos por la riada del Guadalete de 1917. Obras de Eduardo Torroja Miret, en las que se emplearon las técnicas más vanguardistas y los materiales más novedosos. "Una joya de la arquitectura ingenieril o arquitectura de hierro". Una gran desconocida es la planta potabilizadora de Cuartillos, "uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura moderna de la provincia". Hay que destacar el edificio de la Estación de Ferrocarril, ahora muy valorado, obra de Aníbal González, que sufrió hace varios años una remodelación en la que se taparon azulejos, frisos, artesonado, que ya se han devuelto a la luz. "Todo por desconocimiento", aseguran las autoras.

Ejemplos de restauración

En este último apartado, se subrayan intervenciones como la del Obispado de Jerez, una restauración del Palacio Bertemati (siglo XVIII) a cargo de Francisco Pinto Puerto y Rafael González Calderón en 2006. El Hamman Andalusí, por Jesús Orúe Vázquez, en una antigua vivienda barroca-neoclásica del siglo XVIII. Las viviendas-lofts de la Puerta de Rota y de la calle Lechugas.

El estudio también ha dado pie a descubrimientos. De las iglesias de los pueblos de colonización se han recopilados algunos autores que no estaban ni 'catalogados', como la firma de unos azulejos de Nueva Jarilla que son obra de Antonio Hernández Carpe, gran artista de la plástica contemporánea. Queda pendiente de desvelar al autor del San Francisco gigante que recibe a los feligreses en la iglesia de Guadalcacín. Han descubierto al escultor, José Vicent, del retablo de El Torno y su pintor, Justo Pagas, hecho en 1949. "Hay otras cosas que no nos hemos atrevido a decirlas porque no tenemos datos suficientes, como que pensamos que Manuel Mampaso, autor del mural que preside la iglesia de La Barca de la Florida, es también quien diseñó el Via Crucis".

Los ciudadanos, en general, "preservan y respetan el patrimonio hasta el Barroco. Ya los siglos XIX y XX, no tanto porque no tiene 'antigüedad' y no se valoran", critican. Las historiadoras, que también son autoras del libro 'Casas y palacios de Jerez en el casco histórico', esperan que las administraciones hagan suyo este catálogo para abrir una serie de expedientes y preservar de esta forma este tipo de edificaciones quizás no históricas, pero sí innovadoras y llenas de futuro.

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